La coma es uno de los signos de puntuación de nuestro idioma más importantes.
Su función fundamental es indicar en el enunciado pausas breves.
Se la usa, entre otras posibilidades
Para separar elementos en una enumeración (El ramo estaba compuesto por rosas, claveles, amapolas y tulipanes)
Para encerrar elementos explicativos (Javier, que estaba distraído, se sobresaltó)
Para indicar la omisión del verbo (Esteban jugaba en el patio y Juan, en la cocina)
Para aislar el vocativo (Yo quiero decirte, amiga, que cuentes conmigo), etc.
¿Y por qué afirmamos que es “tan importante”? Simplemente porque su uso (o su mal uso) en la lengua escrita puede cambiarle el sentido a una oración.